miércoles, 22 de junio de 2016

Adopción de un gato

Éste verano, nació una camada de gatos en una casa cerca de Canet d'Adri, mi familia y yo decidimos darle un hogar a uno de los gatos que nació, pues, puesto que ya teníamos un gato, pensamos que un compañero de juegos evitaría que se pasase el día sin hacer nada, además de alegrar considerablemente la casa. Junto con ésto, pensé que tener otro gato me ayudaría a mejorar mi sentido de la responsabilidad, pues habría que cuidar de él y estar pendiente de sus necesidades.

Los primeros días dejamos que se quedase con su madre hasta que acabara con la lactancia. Una vez finalizado éste periodo, la llevamos a nuestra casa y la pusimos en un rincón hecho expresamente en una de las habitaciones, para evitar que se encontrase con el otro gato; durante unas semanas la llevamos al veterinario y la desparasitamos, puesto que había nacido en el campo.

La parte más complicada del proceso fue la adaptación del otro gato a la presencia del nuevo. Primero, dejamos que se oliesen por debajo de la puerta y le dimos trapos con el olor del nuevo gato para que se acostumbrase; aún así, se mostró poco receptivo a su nuevo compañero; tuvieron que pasar muchas semanas para que, por fin, ambos empezaran a jugar con normalidad.












Al final, conseguimos que se adaptase a su nuevo hogar y ambos gatos juegan todos los días, alegrando considerablemente nuestro hogar.

Con ésta experiencia, he podido comprobar que adoptar un gato es mejor que comprarlo en una tienda, pues así puedes conseguir que se adapte a su nuevo hogar desde el principio; además de aportar un ambiente mucho más familiar a nuestra casa. Junto con ésto, también he visto una mejora en mi objetivo personal, pues ahora que tengo que cuidar y vigilar a nuestro nuevo gato, mi sentido de la responsabilidad creo que ha sufrido cierta mejora, necesaria en los estudios.